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Gris es un videojuego independiente desarrollado en España por la compañía Nómada Studio y publicado por Devolver Digital. El juego fue lanzado en diciembre de 2018 para las consolas Nintendo Switch, macOS, Microsoft Windows y Play Station 4. Está diseñado a manera de aventura de plataformas y, en poco tiempo, despertó gran interés por parte de la crítica. El manejo de sus recursos estéticos, de referentes a los que rinden homenaje y el uso de sus mecánicas para aportar a la narrativa, han hecho que Gris no pase desapercibido como un ejemplo de videojuego arte. Su historia gira en torno a la superación de un conflicto emocional por parte de la protagonista y todos los elementos que forman parte de la propuesta se alinean para lograr transmitirlo.

Gris nació de la mente del diseñador español, Conrad Roset, quien quiso innovar en el lenguaje del videojuego. Su creación, además, fue posible gracias al trabajo de Adrián Cuevas y Roger Mendoza, dos programadores con amplia experiencia en el mundo del videojuego. Juntos crearon Nómada Studio y trabajaron por transformar la belleza de las imágenes de Conrad en una obra de arte interactiva. Además de Conrad, los diseños estuvieron a cargo de las artistas Alba Filella y Ariadna Cervelló. La música, que no se queda atrás durante esta experiencia artística, fue creada por el grupo musical Berlinist y acompaña armónicamente a la experiencia del juego.

Imagen de 'Gris', videojuego arte
Imagen de ‘Gris’, videojuego arte

El arte visual en ‘Gris’

El diseño de su protagonista, también llamada Gris, transmite fragilidad y melancolía. Este armoniza perfectamente con los entornos que recorre. Las líneas delgadas que forman sus manos y piernas, en contraste con su vestido y cabellos voluptuosos hacen que veamos a la figura de Gris delicada y pequeña junto a las estructuras gigantes que la contienen. La elección de colores pasteles, además de hacer que el videojuego se destaque visualmente, nos hace sentir inmersos en una acuarela y le aportan una capa adicional de melancolía a la historia que nos va contando.

Todo este trabajo es una muestra del estilo que su diseñador ha venido trabajando previamente. Conrad, antes de Gris, había expuesto su trabajo en galerías y museos como el MOCA de Virginia, SopkeArt en San Francisco, London Milles en Londres, Tipos Infames en Madrid, Artevistas y Miscelanea en Barcelona. Basta con darnos una vuelta por la cuenta de Instagram de Conrad para reconocer un estilo delicado y seductor que, más tarde, logró mostrar en el videojuego.

La música de Gris es parte de la experiencia artística que propone el videojuego

Como mencioné antes, la música fue otro elemento primordial en este viaje. Durante todo el recorrido que el espectador realiza mientras va venciendo desafíos, nos acompaña una banda sonora delicada y ágil. El diseño del sonido es una pieza fundamental para sumergirnos en los cambios emocionales que parecen darse en la protagonista a lo largo de la historia. Los ritmos varían de acuerdo con el momento de la aventura en el que nos encontremos, mientras los sonidos mantienen consistencia por el uso de timbres cristalinos y de cuerdas.

Berlinist, el grupo musical encargado de diseñar esta banda sonora, contaba con experiencia previa en el mundo de los videojuegos, había trabajado en el diseño de apps y estuvieron vinculados con exhibiciones de arte. Ellos, además de agrupación musical indie de folk y chamber pop, conforman una productora con sede en Barcelona. Conrad los contactó desde el inicio del proyecto y el diseño que crearon de la música fue el producto de una retroalimentación constante con las demás áreas de trabajo de Gris. Las características «opacas» del sonido, por ejemplo, se pensaron en concordancia con la similitud a las acuarelas de las imágenes diseñadas.

La historia de Gris

‘Gris’ busca sumergirte en la historia que te cuenta. Gracias a la posibilidad que tiene el videojuego sobre otros dispositivos artísticos, nuestro vínculo con el personaje llega a ser más fuerte que si sólo viéramos lo que ocurre en la pantalla. No solo acompañamos cada paso de Gris, lo damos con ella, saltamos con ella y avanzamos con ella.

En esta historia no existen narradores ni palabras que te den una información adicional a lo que ocurre en tu pantalla mientras juegas. Sin embargo, recursos como el cambio de colores entre cada etapa del juego y las mecánicas que el jugador debe aprender para poder avanzar, logran simbolizar sutilmente las etapas de un duelo. Gris aprende la habilidad de mantenerse en un lugar para no ser derribada por el viento, luego la de saltar, la de emitir sonidos y la de encontrar ayuda en seres que la acompañan. Todas estas mecánicas las podemos reconocer como recursos que la ayudan a salir del lugar emocional en el que se encuentra.

Los creadores del juego decidieron que perder o morir mientras juegas ‘Gris’ sea imposible, por lo tanto, solo puedes avanzar, evolucionar y mejorar con este personaje. Es posible que asociemos el duelo de Gris con historias personales, o que creemos un cuento previo en nuestra mente. De cualquier forma, acompañar a esta protagonista de aspecto frágil a superar su crisis y salir de ella puede resultar una experiencia catártica y transformadora. La resolución del final es potente y conmovedora para quienes se han dejado conmover por la experiencia que nos brinda el videojuego.

Una experiencia hermosa, pero no para todos

Imagen de 'Gris', videojuego arte
Imagen de ‘Gris’, videojuego arte

Como podrán haber visto, con este análisis sitúo a ‘Gris’ en la categoría de obra de arte y, como tal es una pieza íntima y expresiva. El tema que aborda es delicado y lo hace de una forma muy luminosa y sutil. Es difícil no dejarse cautivar por los colores, formas y sonidos del videojuego. Además, el ejercicio de darle significado tanto a los cambios de colores para diferenciar etapas como a las mecánicas del juego es interesante y aportan mucho a la entrada del dispositivo videojuego en los discursos sobre arte. A esto le sumo el aporte de construir a una heroína sin superpoderes que se salva a sí misma y que encuentra como recompensa final la superación de su trauma. Es un detalle que me parece hermoso y refrescante, por decir lo menos.

Como juego, sin embargo, no presenta un desafío demasiado grande para quienes están acostumbrados a atravesar plataformas con obstáculos mortales. Para ellos, ‘Gris’ podría parecer un videojuego con poca complejidad. Sin embargo, a pesar de esta falta de dificultad y de que, en ciertos momentos, los más hábiles con el control sientan que están uniendo puntos, esta simpleza podría ser parte de la propuesta de los creadores de darle al videojuego un carácter más contemplativo e íntimo y menos conflictivo. Visto así, ‘Gris’ es una obra muy recomendada tanto para quienes se están acercando al mundo de los videojuegos por primera vez, como para quienes desean disfrutar de la historia y de la experiencia de sentirse dentro una acuarela.

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