Académicos y grandes pensadores han tratado de definir lo que es arte a lo largo de la historia. Este concepto se ha transformado y sus definiciones se han diversificado. Sin embargo, podemos decir que, de todas las actividades humanas, el arte mantiene una estrecha relación con el juego. Este ficciona la vida y nos sumerge en una realidad alternativa de la que busca hacernos partícipes. Es válido, entonces, preguntarnos si son los videojuegos una forma de arte.
Este es un debate que se ha mantenido por algún tiempo. Mientras algunos críticos y entendidos argumentan en su contra, otros encuentran mucho potencial artístico en el dispositivo. Quienes no están de acuerdo señalan que fueron creados para el entretenimiento, que sus historias no son demasiado profundas y que los autores no tienen demasiado control sobre el efecto de sentido. Por otra parte, las réplicas y razonamientos a favor son cada vez más.
El arte en la forma de hacer los videojuegos
«El arte es el esfuerzo constante del ser humano por crearse una realidad diferente a la que se le viene dada»
-Chinua Achebe
La tecnología avanza y hace posibles trabajos cada vez más asombrosos. El desarrollo de videojuegos es una de las áreas en la que mejor podemos ver el uso de nuevas herramientas. Con esta tecnología, construyen escenarios fantásticos que, de otra forma, solo podrían alojarse en la imaginación de los creadores. El cine, incluso, ha adoptado estas formas de producción para hacer películas.
El hecho de que el videojuego sea una industria próspera ha facilitado el crecimiento de algunas de sus compañías. Las empresas más reconocidas tienen las mejores herramientas y equipos de hasta más de mil personas trabajando juntas para los diferentes proyectos que desarrollan. El proceso que hay detrás de crear todo lo que el jugador llega a percibir, no es poco. Hay expertos detrás de cada color, textura, sonido y movimiento que va a ser parte del resultado final.
La producción de videojuegos independientes con resultado artístico
No todos los videojuegos son creados por empresas con recursos abundantes. Algunos nacen en pequeños estudios, garajes o en la habitación de algún desarrollador. Los equipos multitudinarios tampoco son requisito a la hora de crear una aventura virtual. Hay equipos pequeños y parejas de amigos incursionando en la industria. Incluso existen creativos solitarios dedicando su tiempo libre a aprender a manejar este lenguaje para poder lanzar sus ideas al mundo.
Como resultado, cada día surgen muchísimos videojuegos. Algunos toman de la estética o las mecánicas de los más conocidos y otros resultan ser trabajos más experimentales que no pasan desapercibidos. Existen instituciones que premian estas creaciones y motivan a los desarrolladores a probar cosas nuevas. El Independent Game Festival es, actualmente, la reunión de desarrolladores de videojuegos independientes más importante del mundo. Este evento forma parte del Game Developers Conference, que se lleva a cabo cada año gracias a el auspicio de grandes marcas.
El ingenio, la creatividad y el trabajo minucioso de estos desarrolladores se impone a su posible falta de recursos. Algunos presentan trabajos con estéticas más minimalistas, pero no menos cautivadoras. Estas narrativas y mecánicas diversas crearon nichos para todo tipo de jugadores.
Los videojuegos pueden ser más que simple entretenimiento
Sabemos que el videojuego surgió como una industria enfocada en entretener. Sin embargo, no son pocas las producciones que abordan temas complejos y cuentan historias profundas. Al igual que muchas películas, un buen videojuego puede ayudarnos a quemar algunas horas y, a la vez, llevarnos a grandes reflexiones. Temas como el amor, el tiempo, la vida, la muerte o la guerra, son solo algunos de los que se pueden encontrar en sus historias. La atención a detalles como los sonidos, la música y cómo se relaciona con las narrativas, generan experiencias inolvidables en sus espectadores.
Algunos críticos argumentan que los autores de videojuegos no tienen mucho control sobre las narrativas que presentan. Sin embargo, los realizadores conocen bien el lenguaje con el que trabajan y las mecánicas que podrían parecer limitantes, como la de perder o ganar, se vuelven parte del recorrido que proponen para su audiencia. Algunas historias exponen, con sus mecánicas, la importancia de la resiliencia, la perseverancia o la imposibilidad de ganar sin perder algo en el camino.
El dispositivo es relativamente nuevo. Sin embargo, cada vez hay más académicos interesados en sus posibilidades artísticas. El nivel de inmersión que es capaz de lograr un videojuego, por ejemplo, es una característica que otros dispositivos deberían envidiar. Actualmente existen espacios artísticos que acogen al dispositivo temporal o indefinidamente y algunas producciones empiezan a ser leídas como obras de arte.
¿Tú qué piensas? ¿Podemos considerar al videojuego como una nueva forma de arte? Déjame tu opinión en los comentarios y no olvides mencionar a tu favorito, tal vez sea una obra digna de análisis.
Un pensamiento en “¿Son los videojuegos una forma de arte?”