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Hace 24 años, el geofísico y músico aficionado, Andy Hildebrand, desarrolló un controversial procesador de audio capaz de afinar a cualquier cantante en poco tiempo, el famoso Auto-tune. Hoy en día, este y otros procesadores similares ahorran muchas horas de grabación a las productoras que, de otra forma, tendrían que grabar a cantantes varias veces hasta obtener un resultado libre de errores. A pesar de lo útil que resulta esta herramienta para la industria musical, su aparición generó opiniones desfavorables debido a que, gracias a ella, ahora cualquiera podría cantar.

La historia, académica y contemporánea, nos muestra a cantantes virtuosos que han acaparado la atención de su público con sus proezas vocales. Sin embargo, las características por las cuales son considerados virtuosos varían de acuerdo con la cultura a la que pertenecen, al estilo que interpretan y a los recursos técnicos de su época. La mayoría de los estilos actuales no requieren de cantantes capaces de proyectar su voz a grandes distancias desde la aparición del micrófono, por ejemplo.

Al igual que el auto-tune, otras herramientas musicales, como los sintetizadores, también generaron controversia con su aparición. En ambos casos, los músicos superaron la fase inicial de rechazo para sacarle el mayor provecho al diseñar sus canciones.

Cher – Believe

El auto-tune empezó utilizándose discretamente con la idea de que el oído humano no pudiera reconocer las ediciones logradas con él. Llevar estas ediciones al extremo, produce un sonido robótico que delata a quienes lo usan y era algo que buscaban evitar a toda costa. Pasó poco tiempo para que Cher aprovechara esa distorsión y utilizara el auto-tune para generar una textura sonora que hoy se conoce como «efecto Cher».

Belive fue la primera canción que utilizó el auto-tune a propósito para generar un efecto estético. El sonido distorsionado de la voz de Cher y el de los sintetizadores en la instrumentalización de la canción crearon un ambiente sonoro que hablaba de tecnología y futuro.

El video musical de la canción, además, simula glitches que dan cuenta de la presencia de la tecnología y muestran que lo que aparece como una falla puede también ser usado como efecto de sentido. La canción fue un éxito y otras bandas musicales no tardaron en utilizar el efecto en sus propias canciones.

Britney Spears – Piece of me

A pesar del éxito comercial de Believe, muchos artistas siguieron mostrando resistencia al auto-tune en los primeros años. Christina Aguilera, por ejemplo, fue una cantante reconocida por su destreza vocal que, en un principio, se opuso al uso de este procesador de audio. Britney Spears se posicionó del otro lado del debate cuando lo utilizó dejando las sutilezas de lado en su álbum ‘Blackout’.

‘Piece of me’, es el segundo sencillo del álbum. El tema es un manifiesto biográfico expresado en primera persona durante uno de los momentos más críticos y mediáticos de Britney. En esta canción Britney repite una y otra vez «You want a piece of me» refiriéndose a todos los paparazzis y seguidores que buscaban información sobre ella a como dé lugar. La voz «robótica» del auto-tune da cuenta de una Britney que estaba siendo deshumanizada poco antes de que su papá consiguiera su custodia legal.

The Fifth Element – Diva Dance

The Fifth Element o El quinto elemento, es una película de 1997 dirigida por Luc Besson. Su trama está ambientada en el siglo XXIII y los personajes que en ella intervienen son tanto terrestres como extraterrestres. La música es un elemento muy importante en la película, sobre todo por la escena de la Diva Dance. El fragmento fue cantado por la soprano albanesa Inva Mula e interpretado por la actriz francesa Maïwenn Le Besco.

Para este número musical, que aparece a tiempo real y de forma diegética, Éric Serra fusionó una composición operística con una creación personal. La primera parte es un fragmento del aria «Il dolce suono» de la ópera de Donizetti, «Lucia di Lammermoor». El aria original tiene un alto grado de exigencia y requiere ser cantada por una soprano con varios años de entrenamiento vocal. La selección de este fragmento es un ejemplo de las posibilidades de la voz humana.

La segunda parte, en cambio, cuenta con sonidos más techno. Fue pensada para que no pueda ser cantada por la voz humana. El rango sonoro que abarca y la agilidad con la que el sonido debe pasar entre notas muy distantes entre sí, solo es posible gracias a la modificación digital del audio.

Bon Iver – 715 – CR∑∑KS

Si existe una razón por la que los cantantes e instrumentistas le dedican muchas horas de sus vidas a estudiar y entrenar la ejecución de sus instrumentos, es la de obtener recursos expresivos. La aparición del auto-tune prometía ser una herramienta que facilitaría la expresión de emociones gracias a la precisión en las notas. El efecto de voz robótica que se popularizó con su llegada consiguió lo contrario. El sonido metálico que se popularizó en la industria musical fue un sinónimo de modernidad e innovación.

‘715 – CR∑∑KS’, de Bon Iver, pone en juego elementos que podríamos considerar poco expresivos. En este caso, el efecto robótico del procesador de sonido no se usa para hablar de algo innovador ni de algo no humano. El tema únicamente presenta voces armonizadas con auto-tune pronunciando frases inconexas. Su tonalidad menor y algunas frases sueltas bastan para transmitir melancolía, incrementada por la sensación de aislamiento que nos deja la ausencia de otros instrumentos y elementos sonoros.

Hamilton – Aaron Burr, Sir

‘Hamilton’ es un musical sobre la vida de uno de los padres fundadores de los Estados Unidos, Alexander Hamilton. El espectáculo fue compuesto por Lin Manuel Miranda y en poco tiempo acapaó la atención de la crítica y logró ser un éxito en taquilla. Ha ganado once premios Tony, un Grammy a mejor musical, un Pulitzer a mejor drama y siete premios Drama Desk.

Uno de los grandes atractivos en este musical con tempatica histórica es su innovación. «Hamilton no reniega de los principios fundacionales del musical, pero incorpora toda clase de géneros e influencias -del rap al jazz, del blues al pop británico- hasta convertir la música en el reflejo conceptual del mestizaje.» publicó El Confidencial. En esta exploración estilística la presencia del auto-tune no pasa desapercibida, uno de los temas en los que se puede escuchar a las voces alteradas es en ‘The Reynolds Pamphlet‘, que ya ocupa un espacio en las listas de mejores canciones de musicales.

El diablo está en los detalles y otro momento en el que el auto-tune hace una aparición protagónica en este musical es, en una palabra, del tema ‘Aaron Burr, Sir’. El tema muestra el primer encuentro entre Hamilton y Aaron Burr, quien desempeña un papel antagónico. Durante esta conversación, Burr aconseja a Hamilton hablar menos y sonreír más. la palabra sonreír se escucha alterada, dándonos a entender que esa sonrisa representa la falsedad de alguien que se muestra políticamente correcto.

Una herramienta más

Aunque la tecnología pueda asustarnos en un primer momento, el paso del tiempo suele ponerla en el lugar que le corresponde, el de una herramienta. A fin de cuentas, el auto-tune puede compararse con programas como photoshop o las pantallas verdes utilizadas para croma en el cine. En buenas manos puede dar origen a interesantes creaciones.

Estos temas son solo algunos ejemplos de las posibilidades creativas de esta herramienta que ha permitido expresar ideas a artistas de diferentes géneros, en diferentes formatos. ¿Cuál de ellos te parece el más original?

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